A pesar que no podemos cambiar lo que nos ha ocurrido, la terapia puede ayudarnos a conectarnos a la vida nuevamente.
El estrés tóxico o el trauma puede dejarnos con un sentimiento de desconexión e incapaces de disfrutar el diario vivir. Los traumas son eventos fuera de nuestro control que nos cambian la forma de enfrentar el mundo. Podemos experimentar sensaciones de desesperanza, preocupación, recuerdos inesperados y dificultades para dormir. La terapia es un camino para construir conexiones con nuestro propio ser y con otros.